jueves, 26 de octubre de 2006

Argentina-Chile: del Atlántico al Pacífico - Diario Los Andes

Argentina-Chile: del Atlántico al Pacífico

En algunos de los análisis del reciente encuentro presidencial en una bodega chilena de Maipú, problemas menores y circunstanciales, parecían haber tapado la estrategia de la integración regional y de la geopolítica continental. Las complejidades del suministro de combustibles a Chile y del último de los puntos de conflicto limítrofe -el de los Hielos Continentales- aparecían por encima del histórico avance que ambos países han conseguido edificar en los últimos 15 años en materia de integración, con la consiguiente implicancia que eso tiene para Mendoza, nexo de comunicación y servicios entre el bloque del Mercosur y el Pacífico, punto logístico crucial en el corredor Buenos Aires-Santa Fe-Córdoba-Santiago de Chile.

El del transporte de gas a Santiago -tema inserto en el contexto de la crisis energética continental y en particular de las nuevas exigencias de Bolivia- ha evolucionado en 8 años de 1,5 millón por día de m3 a 22 millones diarios. Los problemas de este invierno, lo redujeron a 17,5 millones de m3 diarios. En materia de límites, los entredichos de los hielos del sur continental no disipan el mérito de haber acordado en poco más de 15 años soluciones para todos los otros puntos de conflicto -llegó a haber 23 áreas en discusión- a lo largo de la extensa frontera argentino-chilena.

Argentina y Chile han multiplicado su intercambio comercial, a tal punto que entre 2002 y 2005 se registra un aumento de casi 70%, llegando a 5.400 millones de dólares (no alcanzaban a 1.000 millones a principio de los ’90)). Las exportaciones argentinas a Chile aumentaron 56% en 5 años y las chilenas 18%. Ambos países han afrontado una política de inversión en la infraestructura de pasos y rutas cordilleranas, que implican 158 millones de dólares por parte de Argentina y 93 millones por Chile, para cumplir con el acuerdo de terminar en 2007 los pasos de Jama, las mejoras en la ruta del Cristo, Pino Hachado, Cardenal Samoré y Austral, además de incluir en las obras a inaugurar en el Bicentenario chileno -2008- el paso El Pehuenche, en el sur mendocino.

Hace unos meses, se integró el Comité Empresarial argentino-chileno. La alianza -a la que se han sumado empresarios mendocinos- se sustenta, además de nuestras raíces histórico-culturales, en el salto del intercambio bilateral y con la perspectiva de que llegue a 10.000 millones de dólares antes de 2010.

Este Comité Empresarial tiene un propósito de asociación regional y apunta a la gestación de emprendimientos conjuntos entre empresas argentinas y chilenas para operar en los respectivos mercados internos y fundamentalmente en terceros mercados. Apunta al crecimiento económico de los países del Sudeste Asiático, que abre enormes posibilidades a los emprendimientos integrados de empresas argentinas y chilenas, en particular del Centro y Cuyo en nuestro país y de las IV y V regiones de Chile (que ya han protagonizado misiones conjuntas).

Las inversiones chilenas en nuestro país rondan los 15.000 millones de dólares. Más del 40% de la inversión chilena en el exterior viene a la Argentina, fundamentalmente en el comercio, la vitivinicultura mendocina y los servicios. Ahora aparece incluso un rubro inusual: el turismo de intercambio entre ambos países y los emprendimientos conjuntos hacia corrientes turísticas de terceros países.

En este contexto deben insertarse los compromisos de reconstrucción del Trasandino, del Pehuenche, de los estudios del paso Las Leñas, de la doble vía San Luis-Mendoza, la inversión de reconstrucción de la ruta internacional de Luján a Las Cuevas y los proyectos de Mendoza Logística y del Polimodal de Cargas de Palmira.

Por encima de visiones de corto vuelo o de meras especulaciones electoralistas que desnudaron algunos de los ocasionales protagonistas políticos del acuerdo de Maipú, hay una realidad sostenida como política de Estado por la Rosada y por La Moneda desde hace más de una década. Es en ese contexto que deben medirse las gestiones a nivel nacional y provincial, trascendiendo circunstanciales alianzas electorales o intereses personales de momento: va más allá de un período de gobierno.

En el mundo crecen vertiginosamente los bloques regionales, cambiando la fisonomía y las reglas de juego a buena parte de la economía mundial. Han entrado en escena los "Estados-Región", integrando economías vecinas y con expectativas comunes, superando en varios aspectos la concepción del Estado-Nación.

Y esta responsabilidad trasciende a funcionarios, diplomáticos o políticos partidarios, porque implica también el trabajo que hacen empresarios, académicos, ONG, deportistas, turistas. Son los que día a día van derribando paredones de separatismos decimonónicos o trascendiendo intereses circunstanciales, para enlazar destinos culturales, sociales y económicos de comunidades contiguas.

Esto trasciende el tiempo de una gestión administrativa y debe ser exigido por la comunidad como política de Estado a los ocasionales gobernantes. Lo demás es anecdótico.

No hay comentarios.: